Estudiantes de UPCT Maker crean una extrusora para convertir botellas de plástico en filamento de impresión 3D


También están desarrollando una trituradora para reciclar piezas en desuso y fabricaciones aditivas fallidas

La asociación de estudiantes ‘makers’ de la Politécnica de Cartagena ha creado una extrusora que recicla el plástico de las botellas para utilizarlo como filamento de impresoras 3D. Al proyecto, uno de los muchos que desarrollan los UPCT Maker en su taller de la Escuela de Industriales, lo han denominado ExtruderMaker.

El primer paso para reciclar las botellas es lavarlas e inflarlas para reducir sus pliegues. Posteriormente las laminan y embobinan antes de producir el filamento mediante un bloque calefactor que extruye el material y lo tracciona para rellenar la bobina del filamento ya listo para utilizarse en fabricación aditiva, con muy buenos resultados de calidad. “Hemos hecho pruebas hasta dar con la temperatura óptima para moldear el filamento”, explica Adrián Vidal, estudiante de Electrónica.

La ExtruderMaker está preparada para reciclar botellas tanto de 1,5, como de 2 y 5 litros, logrando unos 30 metros de filamento por cada botella de litro y medio. “Todo el proceso de preparación de la botella y su extrusión completa dura unos 40 minutos”, afirma Jaime Alarcón, que estudia Mecánica. También han ideado un bloque calefactor, que funde y enfría instantáneamente, para unir los filamentos de distintas botellas para generar bobinas de mayor tamaño.

Los estudiantes han reutilizado electrónica y piezas mecánicas de impresoras 3D en desuso y han impreso los nuevos elementos que necesitaban. También han configurado el código de software del equipo. Todo el proceso lo han publicando detalladamente en su página web, para que quien quiera pueda replicarlo y fabricarse una extrusora para reciclar botellas de plástico.

Ya están trabajando en un nuevo proyecto a mayor escala, con una trituradora de plástico, en la que puedan reciclar las impresiones fallidas u otras piezas de plástico que ya no sirvan, “para reducir la huella de carbono y hacer más sostenible la impresión 3D”, argumenta Mario Avilés, alumno de Electrónica. “Hemos partido de planos de código abierto, adaptándolos a nuestras necesidades y a los materiales con que contamos”, añade.

Estos tres estudiantes han desarrollado estos proyectos en sus ratos libres. “Con mucho café se pueden hacer muchas cosas. Ya dormiremos”, comentan entre risas.