A sus 20 años, José Marín Cava, estudiante de Ingeniería Industrial de la UPCT, se ha convertido, sin pretenderlo, en un ejemplo de superación. Empezó el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales en 2022. Un año después, una caída truncó repentinamente su rutina universitaria: dos meses en la UCI de la Arrixaca, un mes en planta, siete meses en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y, después, un año de rehabilitación en una clínica de Madrid.

Lejos de rendirse, este estudiante, natural de Caravaca de la Cruz, decidió continuar con su vida académica allí donde la había dejado. Desde Madrid se matriculó en siete asignaturas que pudo cursar a distancia, decidido a mantener intacto su proyecto de futuro. Hace apenas mes y medio ha retomado la carrera con normalidad. Ha vuelto al mismo piso de estudiantes, con los mismos compañeros que le han acompañado desde el primer día. 

Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, comparte un mensaje que resume su mirada renovada sobre la vida y sobre la inclusión: ¿¿De qué me voy a quejar yo? Si hago las cosas como antes, pero en vez de en pie, sentado¿. Su testimonio invita a repensar las barreras, las visibles y las que no lo son tanto, y a valorar el papel de quienes apoyan en los momentos más difíciles.

¿Ahora lo que más valoro es la familia, los amigos -si no fuera por ellos no sé cómo estaría- y sobre todo la oportunidad que me da la vida de estudiar, de estar en la Universidad ser ingeniero y que todo siga por el camino por el que iba, aunque sentado¿, afirma. Su historia recuerda que la accesibilidad no es solo una condición técnica, sino una actitud colectiva que permite que cada persona, sea cual sea su circunstancia, siga avanzando.

Por muy oscuro que se vea, por muy malo que parezca, y que digas: ¿ahora qué? Poco a poco, con paciencia, con ganas de seguir, con gente que te apoye, todo se puede hacer.